Dolor pélvico crónico
El dolor pélvico crónico es un cuadro que afecta al rededor del 15% de las mujeres.
Según la definición de la IASP, el dolor es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o similar a la asociada con daño tisular real o potencial.
En concreto, el dolor pélvico se considera crónico cuando tiene una durabilidad de más de 3 meses. Aunque crónico no significa para siempre.
¿Qué situaciones y diagnósticos se engloban dentro del dolor pélvico crónico?
La endometriosis, dismenorrea primaria, enfermedad inflamatoria pélvica, neuralgia del pudendo, vulvodinia, dispareunia, vejiga dolorosa…son algunas de las patologías y disfunciones englobadas dentro del dolor pélvico crónico. A veces pueden aparecer de forma conjunta.
¿Qué es el dolor pélvico?
El dolor pélvico crónico es un dolor localizado en la zona abdómino-pélvica y perineal, de diferentes intensidad y sensación.
- Dolor difuso o localizado en la zona abdominal baja, perineal o glútea.
- Dolor constante o intermitente, incluso relacionándolo con ciertas horas del día, posturas, hábitos…
- Dolor de intensidad variable, tipo cólicos que pueden alternarse con periodos de más calma.
- Pesadez en el interior de la pelvis.
¿Cómo trabajamos?
En Endofem apostamos por un abordaje del dolor pélvico desde un punto de vista interdisciplinar.
Nutrición integrativa
Valoraremos la implicación del sistema digestivo en tu caso e incluiremos hábitos nutricionales saludables.
Pedagogía del dolor y conciencia corporal
La formación de la experiencia dolorosa es individual y tiene un importante componente cognitivo.
El miedo, la incertidumbre, la incomprensión, las connotaciones socioculturales y creencias sobre la posible cronificación del dolor pélvico contribuyen a conformar una experiencia de dolor intensa y con mayor sufrimiento. El término “crónico” alude a permanencia en el tiempo pero no determina que exista para siempre, el dolor pélvico “crónico” tiene tratamiento más allá de la mediación.
Por esto, la comprensión exhaustiva del significado y los procesos de dolor tienen la capacidad de modificar mi percepción y mis sensaciones, y se convierte en una estrategia esencial en el abordaje del dolor pélvico.
Fisioterapia y movimiento
Incluiremos estrategias de movimiento adaptadas a ti y, si es necesario, abordaremos la disfunción miofascial a través de terapia manual.